lunes, 21 de febrero de 2011

HAZ LO QUE DIGO Y NO LO QUE HAGO

HAZ LO QUE DIGO Y NO LO QUE HAGO
(O EL ARTE DE PREDICAR CON EL EJEMPLO)




No es nada nuevo, que conforme te vas haciendo mayor la perspectiva que se tiene de la realidad que nos rodea va cambiando. En otras palabras, que cuando vas “pa” viejo, ves las cosas de otra forma. También influye, y no poco, el hecho de ser padre, el ser y  sentirse responsable de la formación de una o varias “criaturillas”; ya que si no se siente responsabilidad, aquí se acaba la reflexión y nos vamos a otra cosa.
Viene todo esto a raíz de los mundiales de fútbol. No de los mundiales en sí, si no de unas imágenes que he visto en televisión con ese motivo. Cuando dan el resumen de algún partido, siempre suelen verse pequeños reportajes de cómo vive la afición un gol, una victoria o la derrota. En alguna de esas ocasiones, no recuerdo qué partido era ni qué afición (mis conocimientos del fútbol no llegan a tanto como para relacionar colores y camisetas con países) se veían unos aficionados saltando, literalmente, celebrando  gol o victoria de su equipo, abrazándose exultantes, eso sí, con una mano, ya que con la otra sostenían en un equilibrio envidiable, un vaso de algún tipo de bebida. Pensé, que de toda aquella alegría manifiesta, cuanta se debería a la victoria/gol y cuanta al contenido del vaso.
      Siguiendo este hilo de pensamiento, me dio por pensar en las ocasiones en que celebramos algo y su relación con el alcohol. La verdad es que me sorprendió el resultado, ya que al ser situaciones normales de la vida cotidiana nunca las había visto desde este punto de vista. Todas estas situaciones están tomadas del desarrollo de un año cualquiera en Priego, no se si estos datos son extrapolables a otros pueblos, al resto del país o a otros países. Pero si se, que a poco que uno se pare y observe la realidad que le rodea, lo que tenemos asumido como normal, muy, muy normal no es. O eso, o es lo que decía al principio, que me estoy haciendo viejo y no me estoy dando cuenta.
         Pasemos a enumerar esas situaciones más o menos cronológicamente.
Navidad.-Tomemos estas fechas como punto de salida. Dejando a un lado las cenas, ya sean familiares, de empresa o de amistades, los cotillones y demás fiestas que se puedan organizar en ese tiempo, nos quedan las simples visitas en esos días. En estas visitas nos ofrecerán y ofreceremos  alcohol en distintas graduaciones.


           Carnavales.-Si cualquier fiesta o celebración invita, o incita, al  consumo de alcohol, está, que personifica el despatarre y la locura, ya me dirás.
Pasamos a Semana Santa.-Aparte del hecho de que hay varios días festivos y se sale más, suelen estar las terrazas montadas y si hace buen tiempo apetece  sentarse en ellas. Amén de que casi todas las hermandades  organizan su cuartelillo donde reunirse y pasar un rato en compañía.
Seguimos con la romería.-Aquí no faltan las neveras portátiles bien surtidas y la correspondiente barra.
Más o menos por esas fechas tenemos también las fiestas de fin de curso de colegios e institutos donde también se instalarán barras, de mayor o menor tamaño.
Desde estas fiestas, hasta la feria de septiembre, sumamos una gran variedad de verbenas, fiestas vecinales, de barrios, de aldeas, de santos, etc.
Feria de septiembre.-Pues eso, que vamos a decir, LA FERIA.
Una vez pasada esta primera semana ferial de septiembre, parece haber un vacío, donde se la da un descanso al hígado, para retomar en diciembre las navidades.
      Añádasele a todo esto las celebraciones particulares de cada uno, bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, santos, reuniones familiares o de amistades y  lo días en que salimos por salir.
      El resultado, muchísimas ocasiones en las que el alcohol está presente. Y lo que es peor, también están presentes nuestros hijos desde pequeños. ¿Con que autoridad moral les decimos a nuestros hijos que no consuman alcohol, que no hagan botellón? Si desde antes de tener uso de razón han visto en sus padres, que si se celebraba algo, había alcohol de por medio. Les hemos inculcado, involuntariamente, que pasárselo bien o celebrar algo es sinónimo de beber. ¿Cómo decirle a un crío/a de 14,15,16,…., que cada uno ponga los años que quiera, que terminar todos los fines de semana ebrio, no es camino a ningún sitio? Si este crío/a ha visto que en su mismo hogar, cuando llegaba una visita se le ofrecía un muestrario de bebidas alcohólicas, que podían ser la envidia de cualquier bar de copas. Y estaban ahí, en su casa, y sus padres las ofrecían y servían como algo normal y corriente. ¿Se comportaría igual si hubiese visto el ejemplo contrario? Es decir, si lo anómalo y extraordinario fuese tomar alcohol. Probablemente no.
      Conseguir que vean esto como extraordinario no se consigue en días, ni en meses, es una labor de años. Es una labor donde todo el mundo debe mojarse. Lo que no vale es llevarse las manos a la cabeza, decir que esto no puede ser, clamar a papa-estado para que a golpe de ley regule esto y mientras tanto seguir teniendo en casa un mueble bar bien surtido, o seguir llevándonos a nuestros hijos en todas las ocasiones que podamos, para que vean como sus padres se meten entre pecho y espalda su buena ración de alcohol con la excusa de celebrar algo. No se donde leí o escuché, que los grandes cambios empiezan con pequeños movimientos. Si todos y cada uno de nosotros hiciese un movimiento en la dirección adecuada, el cambio llegaría, no sería inmediato, pero llegaría. Lo que no nos lleva a ninguna parte es intentar que nuestros hijos hagan lo que les decimos (que no beban) pero no lo que nosotros hacemos (beber por cualquier motivo).

Ildefonso Pérez Campaña     Blog: Elblogdelcaco.blogspot.com
(padre de dos “criaturillas”)

sábado, 12 de febrero de 2011

Oración diaria: por Mª Antonia Gutiérrez


ORACIÓN DIARIA

Don y todopoderoso,

voz y mando de su empresa.

Jefe y señor de sus bienes

y de las vidas que aprieta.

Hágase su voluntad

en el suelo de su hacienda.

Hàganse sus instrucciones

sin lugar a las enmiendas.

Siempre lleva la razón

y no escucha otras propuestas.

Como dueño en sus dominios,

cuanto dice a orden suena.

Nunca oye al trabajador

que, en justicia, le protesta

por un salario más digno

tras su jornada completa

y hágase cuanto conviene

al "pelotas" de primera

que pisa a sus compañeros

y encima se regodea.

Don y todopoderoso,

jefe y señor de su empresa,

si viera lo que se esconde

debajo de la chistera

de aquel de quien más se fía,

se llenaría la tierra

de pestilente basura

y cantarían las piedras.

Haga cuanto se le antoje

siempre y cuando le conceda

idénticos privilegios

al total de su cantera

y no olvide este consejo:

el buen obrero no cuenta

sus dineros ni sus joyas

ni le importa su cosecha,

sólo el pago de sus horas.

Sin embargo el que le presta

atenciones a sus gustos

y limpia el polvo a su mesa,

trabaja el tiempo preciso

y al momento se la cuela.

Amo y señor de su reino,

no confíe en esa oveja.

Don y todopoderoso

amigo de la riqueza,

devuelva tantos sudores

que lustran su billetera.

El día menos pensado

su cajita de herramientas

puede sufrir desperfectos

de (¿quién sabe?) quien quiera

cobrarse los honorarios

que escatima a ciencia cierta

y vaya usted a saber...

Proteja bien su entrepierna

por lo que pueda tronar.

(Parece que habrá tormenta...)

Mª Antonia Gutiérrez Huete publica en el blog de La Asociación de Amigos de la Bibioteca de Priego: http://rafaelrequerey.blogspot.com/

NOTA: El lugar de los comentarios se fue medio kilómetro más abajo. Bajen sin susto. A ver si Ojito lo arregla el lunes.

miércoles, 2 de febrero de 2011

TENGO UNA MUÑECA VESTIDA DE..


“TENGO UNA MUÑECA VESTIDA  DE…”

La Belleza de una mujer fatua es como sortija de oro en el hocico de un cerdo”. (Salomón).

Marieta salió de casa a las 11 de la mañana. Tenía un buen trabajo, en un lugar calentito, donde no llegaban las ráfagas heladas de los helados bajo cero.  Podía permitirse ir muy mona, con sus zapatitos de tacón y su jersey carmesí, sólo le faltaba el canesú para ser una completa muñeca.
Iba contenta. Por la tarde le habían confirmado que su nuevo Iphone, última generación, le llegaría en dos días ¡casi no podía esperar! No sabía bien cómo podría sobrevivir si él esos dos días que faltaban, estaba tan impaciente que cuando pensaba en él, el corazón se le ponía loco de ansiedad.
Cuando llegó a la oficina se cruzo con Pili. Esta chica que mal conjuntaba su ropa, claro que hasta el nombre lo tenía un pelín hortera. Podría decir que la llamasen Piluca, Pilarín… ¿Pero Pili? ¡Por favor! Desechó el pensamiento, le cansaba pensar tanto tiempo.
Saludó a derecha e izquierda con la sonrisa pintada que tanto utilizaba, segura de que ellos, simples mortales, estaban encantados y felices al ser mirados por ella. Se sentía bien. Su secretaria le tenía ya la prensa encima de la mesa, ¡menos mal!  No soportaba tener que llamar pidiéndole cosas obvias.
Se puso al día en cotilleos, fiestas y demás eventos, que no le faltase tema de conversación con sus amigas.
Cogió el teléfono y llamó a los almacenes exclusivos que le habían enviado los zapatos “Manolos” que tanto le gustaban, los muy cretinos se habían equivocado en el color del lazo, ella lo quería azul turquesa y el azul enviado no parecía ni turquesa, ni cielo, ni azul marino. No, ese color no era el que ella había elegido.
Su secretaria llamó a la puerta ¿Qué le pasaba?, tenía los ojos llorosos.
· Es que mi marido se ha quedado sin trabajo y está desesperado.
Que tonta, se le van a quedar los ojos rojos y se le correrá el rimmel.
· Cualquier día encuentra trabajo y habrás llorado en vano. Bueno límpiate y llama al gimnasio para decir que llegaré media hora tarde, que me reserven mi sitio como siempre. Llama también a Rodri, el masaje me lo dará a las 4.
Marieta mira por la ventana. Ve su ciudad, perfecta, las tiendas alineadas esperándola, las gentes paseando a sus perros. Espero que ya hayan paseado a Zoilo. Los niños con sus madres de la mano…¿Los niños con sus madres? ¡Por Dios es tardísimo!  Me esperan para comer, Papá se enoja si llego tarde, ¡qué lata!.
Salió satisfecha de su despacho, había sido una buena mañana de trabajo. Por la tarde no iría, tenía miles de cosas que hacer…Menos mal que la empresa es de Papá.
Marina Hernández
Blog: En el umbral de la noche.