lunes, 30 de enero de 2012

El Movimiento del 15 de mayo y antiguas y nuevas formas de intelectual

El Movimiento del 15 de mayo y antiguas y nuevas formas de intelectual.

Se suele fijar la aparición del moderno concepto del intelectual como un pensador que opina sobre las cuestiones de la actualidad más palpitante y toma partido en ella arriesgándose a decir cosas que no son políticamente correctas y afrontando las consecuencias personales que esta toma de partido le acarreen en el año 1898 en el que Émile Zola publicó su famoso artículo Yo acuso (Carta al Presidente de la República) en el periódico francés L'Aurore, manifestándose públicamente en el caso Dreyfus. Aunque es injusto con muchos publicistas que tomaron partido antes que él en cuestiones similares, dada la resonancia del caso y la importancia de Zola podemos aceptarlo como punto de partida. Desde entonces, la figura del intelectual con mayor o menor fortuna, ha sido necesaria para expresar o guiar a la opinión pública, aunque en las últimas décadas tanto por el exceso por el que muchos aparecían como intelectuales sin reunir las características necesarias para serlo como por la aparente falta de necesidad de verdaderos opinantes en momentos de bonanza, la figura del intelectual (es decir, del pensador comprometido públicamente y siempre coherente con su toma de partido arriesgando incluso su posición) había sufrido un fuerte desgaste.

En el caso del Movimiento del 15 de mayo, todos los análisis coinciden en la importancia de Indignaos, texto escrito por Stépane Hessel que en España contó con un prólogo de José Luis Sampedro a la altura del texto original y superior incluso en perspectiva de análisis, que se completó con el libro colectivo Reacciona (cuyo prólogo hizo Hessel en justa correspondencia). Ahora Hessel lanza ¡Comprometeos! Ya no basta con indignarse, que completa y amplia necesariamente su propuesta inicial. Tanto Hessel como Sampedro tienen cosas en común: ambos son ya ancianos y ambos tienen una larga trayectoria como intelectuales en la faceta original del término.

Sin embargo, ha aparecido en el Movimiento una nueva e interesante figura de intelectual que remueve, por ampliación, la del concepto primero: en el Movimiento hay muchos que prestan sus opiniones expertas, su asesoramiento y su esfuerzo para un trabajo colectivo. El concepto de intelectual es necesariamente individual: es un individuo que ha alcanzado una posición, tiene prestigio social y lo usa para intervenir en cuestiones concretas de actualidad. Esta nueva forma tiene una dimensión colectiva. Es interesante estar atento a su evolución futura, que parece coincidir con los muchos logros que en este sentido ha dado la web 2.0.


Pedro Ojeda Escudero  — Profesor en la Universidad de Burgos
Blog: http://laacequia.blogspot.com/

domingo, 15 de enero de 2012

España, un país que "descafeinó" su democracia



España, un país que había resurgido, después de una terrible guerra “incivil”, y una férrea dictadura, en la que las libertades habían sido truncadas de raíz. Con la democracia el país se modernizó y se puso a nivel de algunos de los países europeos.


Después de unos años de prosperidad, este país que de pronto, -bueno lo de pronto es un decir- pues bien, el caso es que se ha visto inmerso en una crisis mundial. Está claro que no ha sido cosa de un día para otro, no, aunque los grandes “talentos” no se dieran cuenta, o no se la quisieran dar, -que esa es otra- la crisis que empezó a fraguarse muchos años atrás en tiempos de “vacas gordas” cuando la sociedad de consumo se disparó sin ningún control por parte de los gobiernos habidos de distinto color.


Tanto los que podían, como los que no, nadie se paraba a pensar que todo se estaba sacando de contexto. Cada cual abarcaba mucho más de lo permitido por coherencia. Los que tenían mucho, querían mucho más. Los que tenían poco o nada, querían tener. Y ahí estaban los bancos con los brazos abiertos, como una gran ballena con la boca abierta para tragarse a los incautos e indefensos pececillos. Si pedían diez, ellos aconsejaban veinte. A los que pedían treinta, ellos le hacían ver que con cuarenta, se podrían comprar también los muebles, incluso el coche. Las inmobiliarias proliferaban en todos los barrios, incluso había varias en cada calle, tantas como flores en un jardín. Los constructores tenían ganancias desorbitadas, se hacían ricos de la noche a la mañana. Los bancos ni te cuento, -bueno los bancos siempre ganan, o lo que es lo mismo, nunca pierden- y en tiempos de crisis mucho más, porque la gente no se atreve a gastar y ahorra más. Y así sucesivamente, nadie, o muy pocos, pensaban que llegaría el día, en el que todo ese ficticio bienestar, basado en tener más, y mejor, se acabaría, dejando a muchos en situaciones lamentables, o como vulgarmente se dice “con el culo al aire”, fueron muchos los que se dejaron embaucar por los bancos que le hacían ver cuán fácil era, tener cosas casi imposibles años atrás, pobres, cayeron en la trampa -Pero también son culpables-.

Hay una máxima que es elemental, y que a mí me enseño mi madre, y es que nunca se puede vivir por encima de nuestras posibilidades. Es tan básica, que cualquier sencilla ama de casa como yo, lo sabe, no hace falta estudiar en salamanca.

Pues bien, los gobernantes se vieron obligados -según ellos-, a recortar gastos, y claro, donde lo tenían más fácil, en los funcionarios, ¡pero ojo! Que no todos los funcionarios tenían buenos sueldos ¡no!, había muchos “mileuristas” y muchos que ganaban menos todavía, luego era un despropósito recortar lo mismo a todos. Como es un despropósito ayudar con subvenciones a todos por igual, cuando lo normal es ayudar al que verdaderamente lo necesita. No quedando ahí la cosa, en el límite del despropósito, el gobierno rescató a los bancos, con dinero público, recortándolo de otras áreas más necesitadas, sin que les temblara el pulso, ¡o si! -pero lo hicieron-. Cuando hubiera sido más fácil, crear una banca pública y ayudar a los pequeños empresarios que han sido los más perjudicados. Los bancos que antes te incitaban, ahora niegan el agua y la sal, a los que lo necesitan.


Mientras, a las grandes fortunas, ni tan siquiera rozarlas. La Iglesia, conservando todos los privilegios de siglos, a pesar de ser España un país aconfesional no “laico” como debería, y tener aprobada por ley la “Autofinanciación” de la iglesia católica, ley, que no se ha cumplido nunca. ¡No sé por qué! Yo tan ingenua siempre he creído que las leyes que se aprobaban en el parlamento se cumplían a rajatabla. ¡Pues no!

No voy a engañar a nadie, nunca lo hago. Yo no entiendo de finanzas (las mías siempre han sido lograr llegar a final de mes, y en el mejor de los casos, ahorrar una pequeña cantidad para alguna emergencia). Tampoco de inflaciones, ni de “primas de riesgo”, (las únicas primas que conozco son las mías, las carnales). Ni comprendo muy bien lo del PIB (producto interior bruto), ni el IPC (índice de precios al consumo), etc. Y no hablemos de la Bolsa, esa ya me parece una verdadera locura, para mí es como “La torre de Babel”. Sinceramente envidio las mentes, que se mueven como pez en el agua dentro de ese maremágnum de números, de órdenes y contra órdenes, de subidas y bajadas a ritmo de vértigo. –Entre nosotros, yo creo que se dopan, para poder soportar ese trasiego ¡que no!-
Estando el país sumido en esa espiral de despropósitos, los ciudadanos, con el ánimo y el miedo por los suelos, estamos, lo que se llama familiarmente”acojonaos”. Familias enteras en paro. Desahucios a mansalva, -que esa es otra- para colmo de sus males siguen debiendo sus casa sin tenerlas, es de locos, ¡o no! por si todo esto fuera poco, varias visitas costosas del papa, (que tendría que estar en el cuerno de África repartiendo alimentos, y no agravando más la economía del país). Cientos de pequeñas empresas cerradas por falta de créditos de los “bancos”. Recortes sociales a “tutiplén”. Miles de españoles desencantados de un gobierno en el que muchos habían depositado sus esperanzas. Ciertamente, que algunas cosas hicieron bien, pero de todos es sabido que lo bueno se olvida pronto, y en los dos últimos años las buenas intenciones, y los buenos propósitos se fueron al garete, como se fueron las miles de ilusiones de los ciudadanos. Con cada decisión que el gobierno ha tomado, ha ido empeorando la situación del país como si de un caballo desbocado se tratara sin que ningún jinete haya sido capaz de frenarlo.

Lo último; cambiar un punto, o un articulo, de la constitución, de prisa y corriendo, -siguen mandando las imposiciones externas-. Y lo malo es, creo yo, que están abriendo precedente, de seguir así pronto serán los mercado los que dirijan los países. Que tonta soy, si ya lo están haciendo.


Y no digo yo que no haya habido voluntad de hacer las cosas bien, no, faltaría más, simplemente no han sabido hacerlo. Y es verdad que tiene que ser difícil, no digo yo que no, (porque los toros se ven muy bonitos desde la barrera) eso es cierto, pero demasiadas veces se han dejado llevar por imposiciones externas, sin estudiar si merecía la pena lavar los trapos sucios en casa, y buscar la solución dentro sin intermediarios lejanos. Porque al final, como siempre, los intermediarios son los que sacan más “tajada”, ¡o no es así!

Es una verdadera pena que todos los partidos de izquierdas, no sepan unirse, juntos no ganaría nunca la derecha, una derecha que ha sido y es más intolerante que la de hace unos años, o por lo menos así la veo yo. Una derecha que se ha encontrado el camino abonado como nunca, y sin mover un solo dedo, sin explicar su programa al día de hoy solo “mutis”:

—Señores un poquito de seriedad, abran de una vez la boca, quedan pocos días, y no habéis “currado” nada, pero nada de nada. Durante los últimos años sólo os hemos escuchado pedir elecciones anticipadas, pero ni una sola propuesta, señores que no, que las cosas no se hacen así. Vuestra victoria va a ser “Un regalo” caído del cielo, aunque conociéndoos diréis que ha sido “milagro divino” pero lo cierto es que vais a recibir un regalo, sin merecéroslo.

Señores la Constitución es de todos los españoles, y si hay que cambiarla, se cambia, pero entre todos, democráticamente, por mayoría, y no solo un artículo, se pueden cambiar los que hagan falta, porque con el tiempo todo cambia y se queda obsoleto, pero eso es tarea ardua y requiere de mucho tiempo para estudiarlo en profundidad, pero entre todos, por favor.

Conchi Carnago: Clic blog de Conchi