viernes, 23 de julio de 2010

BASURA POR DOQUIER

BASURA POR DOQUIER: GRAN HERMANO


"Tengo que confesar, como si de un gran pecado se tratara, que no veo "Gran Hermano" ni otros programas similares. ¿Las razones? Entre otras, que me lo ha prohibido el médico. Me lo prohíbe mi religión, me lo aconseja mi estómago y, sobre todo, me lo prohíbe mi cabeza. Ella es muy mirada para algunas cosas. Se ha dado cuenta que el día sólo tiene 24 horas y algunas de ellas debe pasarlas desconectada, lo que se suele llamar durmiendo. El resto debe repartirlas entre trabajo, familia y aficiones.

Veo la tele a ratos, como tanta gente. No puedo presumir de ver los documentales de la 2, ni los preciosos programas divulgativos, esos no me los prohíben pero no me llaman demasiado. Con esto quiero decir que estoy dentro de la absoluta normalidad en lo que se refiere a gustos televisivos.

No veo Gran Hermano, nunca lo he visto. Pero las casualidades persiguen a los díscolos telespectadores y el otro día cenábamos con jóvenes (ellos y ellas) en mi casa. Cuando yo me senté a la mesa miré la tele y ¡Sorpresa! Un grupo de personajes disfrazados de vampiros decían unas horrorosas palabras, palabrotas y palabrotorras a voz en grito en mi televisión, aderezadas con actitudes grotescas y gestos obscenos. muy obscenos.

No daba crédito. Miré el reloj y eran las 22'10 h. Mis alumnos estarían todos despiertos, algunos, incluso, cenando en familia y alguno más, haciendo zapping, quiero suponer, seguramente estaría viendo las mismas imágenes que yo. No daba crédito.
Ninguno de los comensales parecía inmutarse, es más, les hacía gracia. Ganas me dan de reproducir aquí las bestialidades que se decían en el programa en cuestión, en la impunidad más absoluta. Después las explicaban y se explicaban con mayor o menor, sobre todo menor, fortuna.


Mercedes Milá, ¿periodista? ¿de prestigio? Se lo pasaba en grande eligiendo las imágenes más escabrosas e insultantes, parece ser, según me explicaron, que eso vende.

¡Qué pena de profesión!

¿Qué hago yo intentando educar a los niños y jóvenes en valores absurdos? La TV está en guerra con maestros y profesores. Nos arruinan las formas, los modelos, el trabajo, el esfuerzo. Es un colador que no cuela, por el que todo pasa y todo vale.
La curiosidad me puede casi siempre y he dedicado algunas tardes y noches a ver los programas que nos ofrecen las distintas cadenas en horario, digamos juvenil: ¡Vomitivo! Enredos de cama, de pasillos, de ducha, de puertas para adentro y puertas para afuera. Conversaciones de baño de discotecas reproducidas fielmente por los protagonistas de turno. ¡Para qué seguir, si todo el mundo sabe de lo que hablo!.

No lo descubro ahora, claro que no, pero los 5 minutos de GH del otro día han sido como la mecha que ha encendido mi indignación.

- No te pongas así, lo ve todo el mundo.
- Lo sé.


Y sin embargo no es eso lo que más me preocupa. Me revuelvo ante la impunidad de las cadenas televisivas que pueden poner lo que quieran a la hora que les convenga. los daños colaterales nunca han importado y nunca importarán".



Autor: Marina

Blog: http://marinahm.blogspot.com/

10 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Ah! no me digas!

La televisiòn es una peste.

Yo miro "History channel".

Lo demàs, no existe.

Un abrazo.

MariaJU dijo...

Siento que tus palabras muestran mis sentimientos ante "la caja de los horrores" y tb de mucha gente, menos mal!, permíteme que comparta tu articulo por las redes para que al menos nos sintamos solidarios aquellos que nos importa el futuro del ser humano, el cual pasa de forma inexorable por la EDUCACIÓN y no por la basura q la TV exibe de forma impúdica e impune ante nuestros jóvenes.

saludos afectuosos.

MariaJU dijo...

Ah, me gusta mucho el cambio de imagen del blog. se lee muchíisimo mejor que antes y lo de las estanterías llenas de libros le da mucho glamour, ejejej

Pedro Estudillo dijo...

Forma parte del Sistema; es lo que hay. Yo hace tiempo que desconecté, el TDT lo tengo de adorno (pena de 30E). Y no me arrepiento en absoluto, pero también me preocupa la juventud que la consume a raudales y ya todo se ve normal, incluso las más extremas barbaridades.
¿Cuándo llegaremos al límite? Espero que pronto, así cambiaremos antes.

Un abrazo.

Raimundo dijo...

Hola.

- Yo extraño mucho los días en que tenía televisión por cable. Mi canal favorito era History Channel. Recuerdo sobre todo la «Maratón de los sábados». Otro de mis favoritos era Discovery Channel.

- Desde niño me gustaron los documentales. Y tuve la suerte de que en mi ciudad pasaban varias series documentales maravillosas. Una de esas series era «El salvaje y sorprendente mundo de los animales». Otra era «Nueva York, la ciudad de los rascacielos». También pasaban documentales sobre arte y ciencia. Recuerdo (perfectamente) el primer documental que vi sobre la vida de Leonardo da Vinci. Y la primera vez que escuché a alguien hablando sobre el ADN. (Más de cuarenta años atrás.)

- También pasaban series de ficción que me gustaban mucho. Doy un sólo ejemplo: «La dimensión desconocida». Esa serie te dejaba pensando. Te hacía volar la imaginación. Rod Serling, su creador y guionista de la mayor parte de los capítulos, era un gran estudioso de la conducta humana.

- ¿Qué hay ahora en la televisión por aire? Casi todo el tiempo está ocupada por personajes absurdos, mal hablados e ignorantes. Los conductores de los programas se esfuerzan en serio en mostrarnos la vida entera de esos burros. ¡Cada detalle! Y todos los días inventan un nuevo escándalo.

- Por aquí no están pasando el «Gran Hermano». ¡Qué suerte!

- ¿Por qué la televisión por aire es pura basura? Es muy simple la respuesta. La educación es en casi todas partes horrible, pésima, mediocre. Es tan mala que hay quienes terminan la universidad… ¡y siguen tomándose en serio el horóscopo y una vida después de la muerte!

- La clase dominante no tiene ningún interés en educar al pueblo. Mucho menos en permitir que se le enseñe a pensar. ¿Se imaginan si la mayor parte de la gente aprendiera a pensar en serio?

- La televisión por aire se guía por el rating. Lo que vemos en estos días es un reflejo de la pobrísima educación que los gobiernos les dan al común de la gente. Esa televisión es la que elige la mayor parte de los televidentes. Es lo que les gusta.

Un saludo.

Marina dijo...

Me voy a permitir contestar, aunque no es mi blog, en la seguridad de que Antonio y sus compañeros me lo permitirán.

Raimundo: Te aseguro que (casi todos) los educadores hacemos todo lo que podemos. Yo creo en la educación, creo en ella firmemente, porque de otra forma mi vida no tendría sentido. Yo y mis compañeros, enseñamos a pensar, enseñamos valores y enseñamos a discernir ¿lo conseguimos? Supongo que muchas veces no, porque los padres no entienden que en casa, en sus casa, los niños tienen que continuar escuchando el mismo mensaje. Pero es más fácil poner a un niño delante del televisor que estar con él. Es más descansado ponerle un programa…cualquiera, sin discernimiento ninguno, que “Aguantar” los deberes, el parloteo, los juegos etc etc.
Los maestros y educadores no somos nadie sin los padres y mientras esto no se entienda, mal vamos.

Te confieso que no soy de documentales, ¡ya me gustaría!, mi marido sí. Yo soy más de perderme en una buena historia, bien escrita, oliendo el papel y sosteniendo su peso. Creo que esto va siendo romanticismo.

Muchas gracias por tomarte la molestia de comentar con tanto ardor. Gracias.

Pedro: Comparto tu preocupación…no sabes cuánto.

Lisístrata: Será un placer que compartas mi artículo. Lo cierto es que me siento extrañamente contenta al ver que tanta gente piensa parecido a mí. Cuando publiqué el artículo en mi blgo, hubo alguna controversia, lo cual no es malo, pero a mí me preocupó un poco.

Gaucho: la televisión puede y debe mejorar, pero eso es como ponerle el cascabel al gato. No hay gobierno que lo propicie.

Un abrazo para todos.
Gracias Antonio por publicarlo. Enlazo el Espolón en mi blog.

Raimundo dijo...

Marina:

Tienes mucha razón.

La educación debe empezar en casa.

Y me emociona pensar ahora en algunos padres ejemplares que se tomaron muy en serio la tarea de educar a sus hijos.

Nombro a dos:

Patrick Brontë, padre de María, Elizabeth, Charlotte, Branwell, Emily y Anne.

Y László Polgár, padre de Susan, Judit y Sofía.

Para Patrick la educación temprana era un instrumento poderoso. Tras la muerte de su esposa, Patrick transformó el cuarto de los niños en un salón escolar. Allí desarrolló sus propios métodos para estimular la inteligencia de sus hijos.

Y László Polgár es un hombre con una visión excepcional. Me gustaría mucho leer su famoso libro: «Educando a un genio».

Su hija mayor, Susan, Gran Maestra Internacional de Ajedrez, dice que:

Creo firmemente que si te concentras de verdad en algo, si realmente lo quieres, puedes conseguirlo. Lo que sea.

A mí también me gusta el papel. Isaac Asimov, Carl Sagan, Vitus Dröscher, Desmond Morris, Ray Kurzweil, Michio Kaku, Howard Gardner, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, son algunos de mis autores favoritos.

Según Ray Kurzweil, Marina, para dentro de unos diez años los libros o documentos en papel… serán muy raros. La mayor parte del aprendizaje se realizará con maestros inteligentes… simulados a base de software.

Que estés bien. Un saludo.

Paco Muñoz dijo...

Pero y que hacemos, yo no tengo que preocuparme de mis hijos porque son mayores, pero si de mis nietos, aunque en estos tengo poca autonomía por su padres. Pero esto está montado así. Antes no había gran hermano pero siempre había un "GH" en las"charpas" de chavales que era el que marcaba la pauta en educación extraescolar o extrafamiliar, y que tenía un ascendente considerable.
Por poner un ejemplo tonto, el listo de los chavales de mi grupo, un día, decidió explicarles a todos como nos fabricaban a los humanos. Decía para que ustedes hayais nacido tu padre le ha tenido que echar a tu madre doce polvos. Y yo que era un niño seudo científico, que leía y sobre todo de esos temas que me apasionaban, le dije pero hombre si con uno sólo, e incluso si la casualidad impera sin terminarlo, sólo con el chispeo previo antes de la lluvia, puede haber embarazo. Y me dijeron todos, que casi me pegan. Tu te callas que no sabes nada de eso. Eso quien lo sabe es fulano. Me callé, comprendí que eran unos desgraciados pero eran los desgraciados que mandaban en el grupo, y si yo quería grupo tenía que aceptar la inculta mayoría. Luego el experto en sexualidad, dejó preñada a la novia, se tuvo que casar muy jóven y hoy en día es más desgraciado aún, es un alcohólico sin arreglo. Pero eso pertenece a otro ámbito, pero lo he querido decir por demostrar a donde nos lleva la incultura.

Enhorabuena por el artículo, y no dudo que si eres un profesional te sientas mal con esta sociedad..

Blog de Bacares dijo...

Marina:

No soporto GH ni ningún otro programa similar. Hay otro en Antena3 antes del informativo de la noche (no recuerdo el nombre) que es horrible.

La televisión ha de ser no solo medio de información, comunicación y enteretenimiento. Debes ser un buen modelo educativo ante la sociedad. Los periodistas que se suponen tienen formación universitaria hablan fatal. La sociedad copia lo que ve y oye.

Un saludo.

Raimundo dijo...

Una enseñanza de baja calidad reduce la inteligencia y perjudica intelectualmente de por vida. En escuelas que imparten una enseñanza inadecuada, los chicos pueden aprender tan poco que con el tiempo se retrasan en su rendimiento escolar y en los exámenes. En otras palabras, su inteligencia es erosionada a un ritmo constante debido a que sus sinapsis cerebrales están incorrectamente sintonizadas y formadas por falta de experiencias planificadas y estructuradas que pueden brindar los buenos maestros.

Tomado de: «Mind Sculpture», de Ian Robertson.