martes, 6 de marzo de 2012

Y yo, maestra, empeñada…: por Marina Hernández



DESDE MI AULA


Tengo una clase espaciosa, bien iluminada, con unos grandes ventanales que ocupan toda una pared. Los estores de colores me permiten crear ambientes, incluso oscurecer parcialmente cuando quiero utilizar la pizarra digital o el proyector. Mis alumnos de 6º curso tienen a su disposición un pequeño ordenador portátil con conexión a Internet y miles de recursos en el Portal de Educación de la Junta de Castilla y León…

Y yo, maestra, empeñada en que leamos un libro cada trimestre. Incluso rechazo el cuadernillo de actividades para que solamente disfruten de la lectura, sin más.

En Internet, desde sus ordenadores, hacen actividades de todas las materias. Les encanta porque son muy lúdicas e interactivas. Eso de no utilizar el papel y el boli les parece fascinante. Recorren los dedos por el teclado como colibríes apresurados y chillan con sus logros y hacen carreras y competiciones…

Y yo, maestra, empeñada en que en los tiempos “muertos” después de un examen o cuando terminan una actividad cojan un libro y lean, sólo eso.


Mis alumnos se divierten con la Divergaceta, donde encuentran escritos de otros alumnos, chistes, enlaces interesantes a páginas creadas por y para ellos. La pizarra digital les permite realizar actividades escribiendo en ella con el dedo, moverse por la página cual ratoncillos nerviosos o subirse a los planetas y, desde allí, contar las estrellas y constelaciones.


Y yo, maestra, empeñada en que escriban una historia, lean una poesía bien entonada, reconozcan géneros y figuras…empeñada en que cojan un libro, lo huelan, le den vueltas, miren la portada, la contraportada, sepan quién inventa para ellos, busquen otros libros del mismo autor, que pasen las páginas chupando el dedo y utilicen esos marcapáginas, con sus nombres, que hemos hecho en la clase de plástica.

Y yo, maestra, empeñada…


Marina Hernández Martín

http://marinahm.blogspot.com/

6 comentarios:

Mariluz GH dijo...

A mi me gustaba llenarme los dedos de tiza y de boli y llevar el dedo meñique hasta la muñeca tiznado de rozar el papel mientras difuminaba un dibujo... me gustaba abrir mi libro y subrayar y llenarlo de dedicatorias de mis compis... a mi me gustaba el olor del libro y los cuadernos y hacer lectura a viva voz pasando el libro de mano en mano...

abrazos

Myriam dijo...

¡Precioso empeño!

Besos

Paco Muñoz dijo...

Decían los antiguos que la milicia, el sacerdocio y la enseñanza eran profesiones vocacionales. Yo quiero dejar sólo la enseñanza, por que de las otras me cuesta trabajo hablar. Y esta profesora es vocacional al cien por cien y una profesional como la copa de un pino. Enhorabuena

Gastón Segura dijo...

Demasiado empeño. La lectura es un ejercicio seductor, no una batalla.

carmen dijo...

el juego de la seducción tiene tambien algo de empeño, la repetición es a veces necesaria. una rosa es una rosa es una rosa

María José dijo...

Yo también soy maestra y uso la pizarra digital; y hago que mi alumnado use sus miniportátiles que para eso se los han regalado. No olvidemos que son herramientas, no actividades.
Recordemos la Competencia Digital.

Recordemos también que hay una normativa que exige que se lea una hora diaria en el aula.

Se establecen horarios por áreas para ubicar esa hora diaria. A mí me da igual si el alumnado ha leído ya o va a leer en la hora siguiente. Mis alumnos leen, hablan, escuchan y escriben en cada una de mis clases.

En mis clases compagino las enseñanda 2.0 con la tradicional.

Un saludo.